En la época nazi se difundían este tipo de propagandas
“La propaganda intenta forzar una doctrina sobre la gente… La propaganda opera sobre el público general desde el punto de vista de una idea y los prepara para la victoria de esta idea.” Adolf Hitler en su libro Mein Kampf (1926) aboga por el uso de la propaganda para difundir los ideales del nacional-socialismo: racismo, antisemitismo, y anti-bolchevismo.
Hitler estableció un ministerio de propaganda encabezado por Joseph Goebbels. La meta del ministerio, por aquellos tiempos, era asegurar que el mensaje nazi fuera comunicado a través del arte, la música, el teatro, las películas, los libros, la radio, los materiales educativos y la prensa.
Después de la invasión alemana de la Unión Soviética, la propaganda nazi dirigida a los civiles en Alemania y a los soldados, policías y auxiliares no alemanes enfatizó los temas que unían al comunismo soviético con el judaísmo europeo, presentando a Alemania como defensora de la cultura “occidental” contra la amenaza “judeo-bolchevique”, y pintando una imagen destructiva si los soviéticos ganaran la guerra. Esto fue el caso en particular después de la derrota alemana en Stalingrado, en febrero de 1943. Estos temas pueden haber sido útiles para persuadir a los alemanes nazis y no nazis, como así a colaboradores locales a seguir luchando hasta el fin.
El régimen nazi usó la propaganda de una forma efectiva y manipuladora: logró movilizar a la población alemana a apoyar sus guerras de conquista hasta el final del régimen. La propaganda nazi fue también esencial para motivar a los que llevaban a cabo el asesinato masivo de los judío europeos y de otras víctimas del régimen nazi.
Aún por las calles de Berlín, se vislumbran restos de lo que fue el consentimiento de la propaganda durante la guerra mundial. Vale la pena ver sus restos con un amplio contexto histórico de la época.