Brujas y su clásico encanto
Brujas no es llamada así por pura casualidad, su ambiente mágico y cuasi fantástico hace despertar múltiples sensaciones a quienes visitan esta espectacular ciudad de Europa.
Brujas no es un viaje al pasado, es una visita a una ciudad con un patrimonio histórico de mayor magnitud en relación a muchas ciudades antiguas que encierran el corazón europeo.
Y la distancia no es mucha en relación a Bruselas: canales, edificios históricos y un aire romántico define el casco histórico que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.
Para repasar un poco de historia, hace 800 años, Brujas era la primera gran capital del Condado de Flandes y una de las principales ciudades comerciales de Europa. Actualmente, dentro de las murallas de la ciudad se puede contemplar una enorme cantidad de monumentos y tesoros artísticos que dejan huella de esto: las murallas, torres y puertas de acceso a la ciudad medieval se conservan intactas.
Te recomendamos que la visites a pie, para disfrutar de todos sus encantos de forma más contemplativa; no te arrepentirás.
Lo más emblemático de esta ciudad es el Grote Markt o Plaza Mayor, rodeadas de espléndidas fachadas como las del Palacio Provincial, el salón de los tejidos o ” De Lakenhalle” y el imponente monumento conocido como Atalaya, símbolo de la libertad y de la autonomía de Brujas.
En la Basílica de la Santa Sangre, del siglo XII, situada en el fortín (Burg), se guarda la reliquia de la Santa Sangre de Jesucristo. La Catedral de San Salvador, por su parte, es la iglesia parroquial más antigua de Brujas. Sin embargo, la Iglesia de Nuestra Señora tiene la torre de ladrillo más alta de la ciudad.
El Centro y Escuela de Encaje, es el típico objeto de tradición que conserva el arte de hacer encaje de bolillos y visitar el museo.
Otra de las visitas que no pueden faltar en tu lista es el Beaterio, una reminiscencia de la Edad Media en pleno corazón de la ciudad.
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